El viernes pasado caminaba con mi esposa saliendo de su trabajo, adelante vi a una señora con un baston de los que usan las personas invidentes, como nosotros vemos bien y andábamos un poco apurados, no tardamos nada en alcanzarla, entre la señora y nosotros iban dos personas mas, cuando la estaban pasando, la señora del bastón les dijo algo, a lo que no le prestaron atención, seguido llegamos nosotros y repitió la acción, escuche que decía y lo que preguntaba era una dirección, el sitio por el que nos pregunto quedaba en la vía hacia donde íbamos, lo que le dijimos y le alegro evidentemente, le dijimos que la llevábamos hasta la puerta, me dijo hacia que lado ponerme y nos pusimos en camino los tres. La señora nos puso conversación rápidamente y de a poco nos enteramos de algunas cosa de su vida y ella de la nuestra, caminar con la señora del bastón me recordó que lo esencial es invisible a los ojos, como dijo Saint-Exupéry; viendo como la señora del baston no se ha dejado vencer, me contaba que antes le era más fácil andar por ahí, porque a pesar de que siempre tuvo problemas de visión, antes podía ver y eso le era muy útil, me contó que conoce bastante la ciudad, porque la ha caminado casi toda (lo que también le ayuda bastante), pero que hay sitios nuevos y otros que han cambiado, y así entre cuento y cuento, llegamos a donde ella iba, ahí, luego de mil bendiciones y agradecimientos nos dejó seguir, obviamente caminar a su paso nos retraso, era viernes, tarde, oscureciendo y con pinta de lluvia (de hecho ya había llovido un rato), lo que hace que el estrés normal intente apoderarse, a lo que frene diciéndole a mi esposa, tranquila mamasota, ahorita llegamos a la parada y pasa una buseta con puestos y nos vamos rapidito y sentados. Ella entre risas me dijo que eso era imposible, lo cual le respondí con un beso y una sonrisa; seguimos caminando y veíamos las busetas pasar con gente colgando, hasta las tetas, llegamos al cruce de la parada, ahí hay un semáforo, justo lo último que paso era una buseta de las que necesitábamos y se paro en la parada, la luz nos daba paso a cruzar y alcanzamos la buseta, que venía como si acabará de salir a trabajar, vacía. Se monto bastante gente, aún así, nos fuimos sentados y se lo explique, la vida paga rapidito, sin ninguna intención de nada ayudamos y llevamos a la señora, eso necesitaba y a pesar de que ya había pasado gente, nadie la había ayudado, nosotros la ayudamos, la vida nos da lo que necesitábamos, una buseta rápido y con puesto, es simple, cuando puedas ayuda, que dar es la mejor manera de recibir, como dice mi hermano Daniel Aray.
lunes, 2 de noviembre de 2015
lunes, 12 de octubre de 2015
Al cesar lo que es del cesar
Debo comenzar por aclarar que soy gocho, soy de Mérida una ciudad pequeñita, pero enorme, en donde creci y he vivido muchos años, en la que se puede vivir, pasear tranquilo, caminar y disfrutar la ciudad sin el atore de las capitales cosmopolitas, una ciudad segura (o al menos lo era, creó que ya lamentablemente no tanto), en donde casi todos se conocen, si bien no de trató al menos de vista. Dicho esto, debo decir también, que amo este tipo de ciudades, me gusta la tranquilidad el calorcito que ellas tienen, por eso Caracas y yo nunca hemos sido grandes amigos; las colas, el desespero, el ajetreo, la gente empujándose no va conmigo.
Últimamente por diversas situaciones he visitado la capital varias veces y me ha tocado ir sólo y algo corto de dinero, lo que quiere decir que fui a pie y sin plata para andar pagando taxis, esto de entrada me chocaba y hasta asustaba, andar por Caracas sin conocer bien y tener que andar en transporte público (camionetas, metro) era realmente algo que no pretendía hacer, pero cuando toca, toca. Y de verdad debo admitir que me lleve una muy grata sorpresa, resulta que como buen ser humano, le tenemos a lo que no conocemos, y si a esto le sumamos la mala publicidad, tenemos el monstruo que era para mi Caracas, de paso se que no es sólo para mi y en parte, por eso quiero compartir con quienes pueda este post, es muy cierto que en las horas pico tanto las camionetas como el metro van en extremo llenos, pero tiene su encanto la vaina, jajajajajajaja pero, cuando baja la locura de las horas picos, la ciudad te muestra una cara diferente que jamás verás andando en carro. Por ejemplo, de chacaito, por el country hasta la candelaria, a la altura de galerías avila un trayecto de una media hora sin tráfico comparti una conversación con un señor típico caraqueño, que de verdad me recordó lo buena nota que son los venezolanos; me monte varias veces en el metro y nunca tuve ni que empujar a nadie para entrar ni me empujaron; una la compartí con mi papá, a quien nunca me imagine montado en el metro y mucho menos diciéndome que es la mejor manera de moverse, conversamos de varias cosas, ya que el trayecto fue largo, de la California hasta la Hoyada, son como 15 estaciones y a pesar que de pana estaba nervioso, por el hecho de la paranoia con la que desgraciadamente vivimos, la conversación fue grata y amena, lo que me ayudó a relajarme, después empecé a mirar a la gente, lo que me relajó más, cada quien en su mundo, tranquilos y manejando sus dispositivos personales como si no estuvieran en Venezuela, claro, eso dentro del vagón y las instalaciones del metro, porque a medida que los escalones los acercaban a la superficie los iban guardando y hasta escondiendo, lo que extrañamente me pareció normal, no se tapa el sol con un dedo y no podemos negar que la inseguridad esta desbordada en todo el país, pero al Cesar lo que es del Cesar, mucha de la paranoia con la que vivimos actualmente es más por la mala publicidad que por los hechos. De verdad debo admitir que estos viajes a Caracas no sólo cambiaron mi percepción de la ciudad, si no que los disfrute y estoy agradecido de haber tenido la oportunidad de disfrutar así como lo hice la capital cuando cada vez esta más cerca la hora de estar lejos...
domingo, 9 de agosto de 2015
En un aeropuerto
martes, 28 de julio de 2015
Un parque de ejercicios
Que vamos, que no todo es tan malo, que al menos hay un sitio para hacer ejercicio, si, no critico la iniciativa, para nada, es mas ojala la sigan haciendo y prolifere por todo el país y aprendamos a cuidar las maquinas, a respetar que son lugares para el deporte, no para tomar alcohol o consumir drogas. Lo que de verdad es un golpe en los riñones es ver el propagandismo ahí, es como que te lleguen a robar y te quiten todo, pero te devuelvan para el pasaje y debas alegrarte, no se, digo yo...
domingo, 26 de julio de 2015
De verdad quieres un cambio? comienza por dejar de echarle la culpa de todo lo que pasa a los demás y asume las cosas con responsabilidad, respeta los derechos de los demás, cumple con tus deberes antes de exigir derechos, deja de creer que te mereces cosas y ganatelas, deja de creer que jodiendo a los demás vas a lograr algo, trabaja, haz bien y no mires a quien, enséñale valores a tus hijos, cosas simples y sencillas que puedes hacer tu por un mejor país... ahí te la dejo!